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El Gerente Enfocado: su Importancia y los Efectos Negativos del Gerente Distraído

Series Interlaken4Management - Por: Álvaro Márquez Cadavid, Senior Management Consultant, Interlaken® Solutions

El Gerente Enfocado: su Importancia y los Efectos Negativos del Gerente Distraído

A lo largo de mi carrera profesional, he tenido el privilegio de trabajar junto a líderes de alto nivel, incluidos Presidentes, Vicepresidentes, miembros de la C-Suite, Gerentes y Directores, en más de 60 organizaciones. Esta experiencia me ha permitido identificar y reflexionar sobre las particularidades esenciales que son cruciales para liderar y dirigir una organización con éxito.

Mi especialización en Gerencia Estratégica me ha convertido en un apasionado estudioso del rol del gerente, una figura indiscutiblemente fundamental en cualquier empresa, independientemente de su tamaño o sector. El gerente enfrenta el desafío continuo de equilibrar diversas responsabilidades, desde la dirección estratégica hasta el acompañamiento y supervisión del equipo directivo, así como la gestión de relaciones con múltiples grupos de interés.

Esta diversidad de responsabilidades a menudo conduce a que los gerentes caigan en lo que podría llamarse una "gestión distraída". En esta situación, su enfoque se dispersa hacia compromisos externos o intereses personales, lo que debilita la capacidad de liderazgo necesaria dentro de la organización.

El Gerente Distraído: ¿Por qué sucede?

El término "gerente distraído" describe a aquellos líderes que, por diversas razones, no logran concentrarse en las necesidades diarias de la empresa. Según mis observaciones a lo largo de los años, y como menciona Mintzberg (2023), los gerentes a menudo enfrentan "roles interrumpidos", donde sus responsabilidades externas interfieren con las tareas esenciales de su puesto. Esto es particularmente común en empresas altamente visibles, donde los gerentes son frecuentemente invitados a participar en escenarios externos que pueden alejarlos de la atención diaria de la compañía. Aunque estos eventos son tentadores y “muy importantes”, en exceso pueden convertirse en distracciones perjudiciales. Además, como señalan Goleman, Boyatzis y McKee (2002), la inteligencia emocional y la capacidad de introspección son cruciales para mantener el enfoque y la presencia necesarias dentro de la organización. Sin estas cualidades, los equipos pueden sentirse abandonados, incluso si el líder asegura tener un equipo "empoderado" o con suficiente autonomía.

El Riesgo de la Distracción: ¿Qué está en juego?

Cuando un gerente no presta suficiente atención a su organización, las consecuencias pueden ser profundas. Basándome en mi experiencia, he observado que esto ocurre con mayor frecuencia en los niveles más altos de liderazgo. Collins (2001), en "Good to Great", destaca que las empresas exitosas tienen líderes disciplinados que se enfocan en lo esencial. La falta de atención a detalles críticos puede deteriorar el rendimiento y el compromiso del equipo.

Además, como señala Kotter (1996) en "Leading Change", líderes que no se involucran activamente pueden generar puntos ciegos, obstaculizando la implementación de estrategias y la identificación de problemas emergentes. Estos puntos ciegos son especialmente problemáticos cuando el gerente no reconoce su falta de atención, perpetuando un ciclo negativo.

El Peligro de la Microgestión y la Alternativa

Por supuesto, la solución no es caer en el extremo opuesto: la microgestión. Un gerente que se involucra en cada decisión pequeña puede sofocar la creatividad y la autonomía del equipo, lo cual está bien documentado como una práctica dañina (Yukl, 2010). Como gerente de una firma de consultoría en management, he observado que el verdadero desafío radica en integrar la estrategia en el día a día de la organización. Inspirados por Mintzberg, promovemos la idea de que la estrategia es lo que la organización hace continuamente, no solo un ejercicio anual o trimestral.

Para lograrlo, facilitamos espacios liderados por nosotros como entidad externa y neutral, donde los equipos directivos y sus reportes pueden alinear permanentemente la estrategia y la cultura con las operaciones diarias. Estos espacios fomentan discusiones profundas sobre los temas relevantes, aumentando así la comprensión del complejo sistema organizacional por parte de todos los involucrados.

Como sugieren Hamel y Prahalad (1994) en "Competing for the Future", los líderes exitosos son aquellos que equilibran el enfoque estratégico con la atención a las capacidades internas de la organización. No se trata de controlar cada detalle, sino de estar presente para detectar problemas antes de que se conviertan en crisis y mantenerse involucrado en el desarrollo del equipo. Un ejemplo práctico es el uso de reuniones periódicas para revisar indicadores clave sin interferir constantemente en el trabajo diario. Esto permite a los gerentes mantenerse informados y ofrecer apoyo cuando sea necesario, fomentando un ambiente donde los empleados se sienten empoderados para tomar decisiones y resolver problemas por sí mismos.

¿Cómo evitar ser un Gerente Distraído?

Para evitar caer en un estado de distracción, los gerentes deben establecer mecanismos claros de autodiagnóstico y retroalimentación. Es esencial que mantengan una agenda personal que priorice actividades estratégicas sin descuidar las operativas. Un aspecto crucial es la conciencia del propio estado de distracción; el gerente debe ser capaz de identificar cuándo está siendo arrastrado por compromisos externos que no generan verdadero valor.

Mintzberg (2023) recomienda delegar efectivamente las tareas que no requieren atención directa, pero esto debe ir acompañado de una evaluación crítica de las actividades externas. Es fundamental discernir cuáles son realmente generadoras de valor y cuáles son simplemente apalancadores del ego personal o corporativo. Participar en congresos, paneles, foros y encuentros gremiales puede ser importante para la gestión de stakeholders, pero no todos estos eventos aportan el mismo nivel de valor.

Los gerentes deben aplicar renuncias conscientes, priorizando aquellas actividades que contribuyen al logro de los objetivos estratégicos y evitando aquellas que solo distraen sin aportar un valor significativo. La clave está en la delegación consciente y en la revisión periódica de los avances para asegurar que los resultados estén alineados con los objetivos estratégicos. Al adoptar este enfoque, los gerentes pueden mantener su atención en lo que realmente importa y evitar caer en la trampa del "Gerente Distraído".

Conclusión

Un gerente enfocado es un activo invaluable para cualquier organización, mientras que un gerente distraído puede convertirse en un obstáculo significativo para su éxito. A lo largo de este artículo, hemos explorado cómo la falta de atención puede llevar a la distracción y cómo la microgestión puede sofocar la innovación y la autonomía del equipo. La clave radica en encontrar un equilibrio: mantener el enfoque en lo que realmente importa, integrar la estrategia en las operaciones diarias y discernir cuáles compromisos externos generan verdadero valor.

Los líderes efectivos son aquellos que pueden identificar y evitar las trampas de la distracción, aplicar renuncias conscientes y delegar tareas adecuadamente. Al hacerlo, no solo lideran con propósito, sino que también aseguran que sus decisiones favorezcan tanto el presente como el futuro de la organización. En última instancia, la estrategia es un ejercicio de enfoque y renuncia, y los gerentes deben estar dispuestos a hacer sacrificios para mantener su atención en lo que verdaderamente impulsa el éxito organizacional. Gerentes que logren estar presentes y liderar con claridad son esenciales para navegar los desafíos del entorno empresarial actual.

Este texto ha sido redactado con ayuda de Inteligencia Artificial y soportado en las siguientes fuentes bibliográficas:

  • Collins, J. (2001). Good to Great. HarperBusiness.
  • Goleman, D., Boyatzis, R., & McKee, A. (2002). Primal Leadership: Realizing the Power of Emotional Intelligence. Harvard Business Review Press.
  • Hamel, G., & Prahalad, C.K. (1994). Competing for the Future. Harvard Business School Press.
  • Kotter, J.P. (1996). Leading Change. Harvard Business Review Press.
  • Mintzberg, H. (2023). Understanding Organizations… Finally!. Berrett-Koehler Publishers.
  • Yukl, G. (2010). Leadership in Organizations. Pearson.

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